Paciencia
José Luis Ortega
Coordinador Oposiciones Docentes.
De todos es sabido que la Educación no es una de las prioridades de los partidos políticos y que son otros ámbitos como las obras públicas, las políticas sociales o la concesión de ayudas a los medios de comunicación en los que se puede encontrar, con la debida propaganda que venda lo poco y esconda lo mucho, un verdadero nicho de votos.
Con la Educación, e insisto en escribirla en mayúscula, pasa como con el fútbol o la política: todo el mundo entiende. Pero a la gente le puede interesar la Educación para criticar el exceso de tareas que ahora se envía a los más pequeños en tiempo de confinamiento o, por el contrario, la falta de comunicación diaria desde los centros educativos.
La opinión pública conoce la Educación desde los colegios e institutos, que es desde donde realmente la viven. Digamos que son, o somos, los consumidores de esa Educación.
Pero antes de llegar a esos centros, el paso para garantizar una Educación de Calidad está en la selección de los más capaces, de los mejores para poner en sus manos el futuro de nuestro país y, cómo no, el bienestar presente de nuestro alumnado en el aula.
Y ahí tendremos a los centros privados y concertados, que tienen el derecho de elegir al profesorado que estimen oportuno en base a su ideario y porque las leyes así lo permiten. No es esta la entrada al Blog sobre lo correcto o no del proceso de acceso a esos centros.
Me interesa el acceso a la función pública de los docentes en niveles no universitarios. Y ojalá esto interesara tanto a quienes hoy en día han de decidir el futuro de personas que, con la mejor de las intenciones, pasan ocho o diez horas diarias frente a unos apuntes y un ordenador, dejándose la vista, y la salud en general, perdiendo relaciones con otras personas e invirtiendo un dinero en formación que, por supuesto, no crece en las macetas.
Oposiciones desplazadas
Estamos viviendo un tiempo en el que, a casi dos meses vista de la celebración de las oposiciones al cuerpo de profesorado de Secundaria, Bachillerato y EEOOII, todavía quedan flecos que no dan seguridad a esos opositores.
Y ojo, que opositor es quien está encerrado también en su casa con dos hijos pequeños y, mientras su pareja realiza teletrabajo, él o ella tiene que estar intentando robar tiempo al tiempo para encontrar un momento en el que estudiar.
Sí, son como el resto de personas. Las oposiciones de Secundaria -llamémoslo así para recortar- se han pasado a 2021, en lo que parece una decisión acertada si pensamos que para junio/julio de 2020 el nivel de confinamiento pueda permanecer activo aunque menos tenso que el actual.
Son suposiciones, porque nadie sabe hoy en día qué pasará en un mes. Las oposiciones previstas para 2021, que eran las del profesorado de Infantil y Primaria, han sido desplazadas, junto a las ilusiones, el dinero y el esfuerzo, a 2022. Es lo que hay.
La Administración andaluza, que está siempre a la espera de que el Ministerio de Educación se pronuncie, no ha dicho aún si la convocatoria de las oposiciones de secundaria de 2021 se hará ya, en otoño o si, por el contrario, se aplazará su convocatoria a la primavera de 2022.
Eso, por supuesto, sigue creando incertidumbre en quienes tendrían que estar dedicados a estudiar y ven que el número de aspirantes podría verse injustamente incrementado.
La ley actual
Otro de los aspectos que las autoridades parecen no querer ver, y son estos los que dan a entender la falta de interés por los temas de Educación, es aclarar si el temario actual es el que se va a usar en las oposiciones de 2021 y, por supuesto, en las también aplazadas de 2022.
Pensemos que un estudiante de oposiciones de Secundaria puede llevar bien aprendidos unos 50 temas, que a poco que tengan unas 15 páginas cada uno, nos llevan a unas 750 paginas (y añadámosle el caso práctico, la programación y las unidades didácticas).
¿Es de recibo que tengamos a los opositores escuchando, casi a diario, que van a cambiar la ley o que el temario, probablemente, no sea el mismo? ¿Costaría demasiado al Ministerio pronunciarse ya al respecto y ayudar a una mejor concentración en el estudio?
El futuro de este país, y esto está más que demostrado, pasa por su Educación. Y para ello, parece que no se entiende que el papel fundamental, además del propio de las familias, está en los centros de Educación Infantil y Primaria, Secundaria, Bachillerato, FP o las Escuelas de Idiomas.
La amenaza de una nueva ley de educación, la LOMLOE, que no ha sido consensuada con otras fuerzas políticas por parte del Gobierno ni con los sindicatos, por supuesto, y que está llena de cambios a nivel ideológico y en muy poca medida que afecten a la calidad de la Educación, es algo que demuestra, una vez más, las pocas ganas de trabajar por el bienestar de nuestros alumnos, el desarrollo pleno de la labor de nuestros docentes y, por último e insisto, en el futuro de nuestro país. A esa Ley no le queda más de un cambio de Gobierno. Al tiempo.
La formación online
Y por último, para esos docentes que se están dejando el pellejo por atender de manera online a todos sus alumnos sin haber sido formados ni tener las herramientas adecuadas, pagando de su bolsillo las mejoras en las conexiones WiFi de sus domicilios para poder realizar videoconferencias; a los que se les envía una Circular muy pobre en contenidos y falta de recomendaciones claras; a los docentes que escuchan a diario que no se sabe si habrá aprobado general (vaya locura) o que la vuelta a clase aún es posible cuando las universidades andaluzas ya han dicho que no se vuelve… a todos ellos y a todos los que se preparan sus oposiciones ahora para ser los mejores docentes del futuro, el mayor ánimo posible y paciencia; mucha paciencia con quienes dicen estar interesados en nuestra Educación.
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